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COF. DEL SANTISIMO CRISTO DEL HUMILLADERO
Y MARIA SANTISIMA CORREDENTORA
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Cristo
del Humilladero
El
13 de septiembre de 1556, la cofradía de la Vera Cruz
acordó que, en la capilla nueva que se estaba construyendo
en el humilladero, se expusiesen un Crucifijo y la imagen
de Nuestra Señora del Madroño. Ante su altar, como en
el de otras ermitas extramuros, solían ser abandonados
niños recién nacidos, que la cofradía se encargaba de
llevar a la Pila de Trujillo.
Ha sufrido varias restauraciones: entre 1670 y1674 lo retocó el conocido pintor cacereño Francisco Mendo Montejo; a mediados del XVIII, Francisco Antonio Tallo; y a finales de dicho siglo, Tomás Hidalgo.
En contra de lo afirmado por Hurtado, no parece existir constancia de que haya procesionado nunca con anterioridad a 1950, cuando se fundó la actual cofradía de su nombre, cuyos primeros desfiles discurrieron bajo la tutela de la Vera Cruz. En 1970, debido a su deterioro, se adquirió un crucifijo de serie. Después de la restauración efectuada en 1992 por Dª. Ángela Penís y Dª Gracia Sánchez Herrero, se ha reincorporado, acertadamente, a las procesiones, con lo que la de esta cofradía ha ganado en calidad artística.
Imagen gótico-tardía, de comienzos del XVI, muy similar al crucifijo existente en el templo parroquias de Torrequemada, no sólo en la concepción general de la obra, sino también en la ejecución de los menores detalles. Presumiblemente obra de un mismo año, ambos representan a Cristo muerto.
Preside el altar mayor de la parroquia del Espíritu Santo, donde recibe culto junto con las demás imágenes de esta cofradía. |
María
Corredentora
Imagen de vestir, inspirada en la Dolorosa de Salcíllo,
realizada en 1960 por el artista cacereño Venancio Rubio.
De carácter popular. Lleva corona de filigrana de plata,
obra del orive de Ceclavín asentado en Cáceres Lorenzo
Uanos.
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El Señor
de la Columna
El 27 de enero de 1656, el alférez Francisco Martín
Carrasco, a punto de marchar a Indias, otorgó poder
a su padre Benito Martín Carrasco para donar a la cofradía
de la Vera Cruz esta imagen del Señor a la Columna que
había mandado hacer en Sevilla. El 25 de febrero, se
entregó a la cofradía, la cual la trasladó procesionalmente,
el 5 de marzo, desde Santa María hasta el convento de
San Francisco, donde tenía su sede, constituyendo el
primer paso de la medieval procesión de la sangre.
Entre 1775 y 1777 se le añadieron las figuras de unos fariseos realizados en Trujillo, configurando así uno de los primeros pasos de misterio de los que tenemos noticia.
La imagen, muy cercana a la plástica de los escultores sevillanos José de Arce y Pedro Roldán, presenta muchas semejanzas con el Señor de las Penas y el Nazareno de la O de esa capital andaluza. Contrasta la dulzura y serenidad del rostro del Señor con el dramatismo del momento que representa. El cuerpo, cuya anatomía está perfectamente reflejada, ofrece un suave escorzo, exento de dramatismo, que revela la influencia montañesina imperante. La escasa altura de la columna realza aún más la divinidad de Cristo Dios.
En 1995, certeramente, se acordó procesionarla en la noche del Jueves Santo. |
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