LA MUY SOLEMNE, VENERABLE Y PONTIFICIA COFRADIA HERMANDAD
PENITENCIAL DEL SANTO CRUCIFIJO DE SANTA MARIA DE JESUS (CRISTO NEGRO)
Se
vuelve a fundar, ahora con carácter penitencial, en
1986 la que el 3 de mayo de 1490 se fundase, con el
título de Cofradía del Santo Crucifijo de Santa María
y con un carácter, marcadamente asistencial, de ayuda
mutua entre sus cofrades, en caso de su fallecimiento.
Su imagen titular ayer como hoy se venera en la capilla mortuoria de los Blázquez en el templo de Santa María, actual concatedral de la diócesis. En sus primitivas regias limitaba el número de sus miembros a cuarenta y ello porque esta cofradía tiene poca renta y si hubiere muchos cofrades se perdería.
Entre las obligaciones religiosas de los hermanos estaba la asistencia a las vísperas y fiestas de la Invención de la Cruz; a la misa mensual que se celebraba por los cofrades muertos y vivos; a los entierros de los cofrades, esposas e hijos, incluso si se celebrasen en San Francisco. Es más el cofrade designado por el mayordomo tenía la obligación de enterrar al difunto. Se admitía también el que personas, no cofrades, encomendasen a la Cofradía su entierro, haciendo a la misma destinataria de alguna limosna.
La celebración de la Fiesta de la Invención de la Cruz, como ya se ha dicho fue objeto de disputas y pleitos entre la que nos ocupa y la de la Vera Cruz, en 1625. Sin embargo desde el 5 de noviembre de 1727 en que el Obispo don Sancho Antonio de Velunza de Cocuera establece la Fiesta principal de la Cofradía en la dominica siguiente a la de la Invención de la Cruz, señalándosele también la obligación de celebrar las de San José, San Jorge, San Juan Bautista y San Pedro de Alcántara no aparecen referencias documentadas, que sepamos, a la citada Cofradía del Cristo Negro.
Desde 1989 en que se refundó, ahora con carácter penitencial, inicia su desfile procesional el Miércoles Santo al dar las doce de la noche, desarrollándolo por el interior del recinto amurallado, que se muestra incapaz para acoger al gentío que lo presencia, pues es uno de los desfiles procesionales que mayor atención despierta, tanto en propios como en foráneos, para presenciarlo.
La talla del Cristo Negro, sumaria, el propio color de la madera en que se talló, la tradición, hecha leyenda, y lo íntimo y recoleto de la capilla, envuelta en la oscuridad, en que se venera, han dado a este Crucificado, que bien puede datarse a finales del siglo XIII o en el XIV una unción especial.
El número de sus hermanos activos está limitado a cincuenta, heredando en esto el espíritu de la antigua hermandad. Se cubren sus hermanos, indistintamente de carga o escolta, con capucha que al igual que el resto del hábito es negra. |